En los calurosos días de verano no apetece hacer nada. Las altas temperaturas nos envuelven de cansancio y el cuerpo nos pide descansar. Ademas, durante las horas de más sol nos quedamos en casa. No nos apetece ingerir comidas copiosas y tampoco nos las recomiendan los consejos mediáticos de las diferentes instituciones.
Pero tanto zanganeo a la sombra nos termina por hartar también, y tenemos que buscarnos distracciones en piscinas, playas y parques. Cualquier lugar donde se esté a la fresca es perfecto.
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