Pies descalzos o cubiertos de lujo. De niños que han perdido los zapatos o que nunca los han tenido. Pies agotados de peregrinos que por una promesa recorren un largo camino o de trotamundos que lo hacen por afición. Encadenados como los de los presos o libres como los de un acróbata. Algunos pisan firme, otros tropiezan. Unos están dispuestos a salir corriendo cuando sea y otros, aunque quisieran, ya no son capaces de dar un solo paso. Todos diferentes pero iguales al mismo tiempo. Y todos necesarios para que el mundo pueda seguir andando.
Solución/ebazpena: "Deseos de cosas imposibles": jardín en Amurrio (Álava) [07/06/2011]
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