Hay veces en las que la cara más infantil de nuestra personalidad aflora y nos pone en evidencia. En ocasiones puede ser una ayuda, pero casi todas las veces que suframos esa infantil locura transitoria las consecuencias serán bastante malas. Puede que ese niño que llevamos dentro este deseando salir y liberarse, como cuando teníamos diez años. Para que esas sacudidas no nos cojan por sorpresa lo que debemos hacer es darles rienda suelta, de vez en cuando, para que podamos disfrutar como niños, de nuevo.
Solución/ebazpena: "Manos a la obra": calle Larrinaga,Amurrio (Álava). [1/6/2011]
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