Las niñas y los niños son nuestro futuro. Crecerán y se harán adultos y el ciclo volverá a empezar.
Desobedientes o educados, tranquilos o revoltosos, hay a quienes les encantan y a quienes les hartan incluso viéndolos de lejos.
Todos fuimos niños, y en un momento dado crecimos, aprendimos y maduramos. Pero un resquicio de ese niño que fuimos se quedó a vivir en nuestro interior. Oscuro y casi sombrío vive con nosotros aunque nos neguemos a tenerlo en cuenta.
En algunos casos vivirá a flor de piel y en otras ocasiones, sin pretenderlo, nos saldrá a relucir haciéndonos experimentar sensaciones nuevas.
Y esos niños internos nos acompañarán siempre con su inmortalidad y aunque nos parezcan una sombra, aparecerán cuando menos nos lo esperemos, que lo podríamos resumir en lo que escribió Juan Carlos Aragón: Desenterrando puñales de las arenas salían, y con su sangre escribían: los inmortales, los inmortales, los inmortales.
Solución/ebazpena: "Con tan solo mirarte..." : Parroquia de Santa Maria, Amurrio (Araba) [2011/04/22]
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