Simón, Santiago el Mayor, Andrés, Felipe de Betsaida, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón el Cananeo, Judas Iscariote, Matías y el joven Juan.
Estos fueron según las sagradas escrituras los doce apóstoles que se unieron a Jesucristo para acompañarle en la difusión de la palabra de Dios.
Como reflejo de la vida, en los momentos difíciles de Jesús, unos se mantuvieron en segundo plano, otro le negó, otro le traicionó y otro permaneció junto a él en todo momento. No hay nada en esta historia que se pueda ver como extraordinario, estamos más que acostumbrados a ello.
Y para rememorar esa fecha lunar, en estos días no es complicado ver nazarenos con altos capirotes por las calles. Algunos fervorosos creyentes, otros por mera tradición familiar, otros por ocio y otros por promesas y penitencias acaban uniéndose en filas portando velas, báculos o pasos en andas.
Procesiones o manifestaciones religiosas, no dejan de ser una actividad que aúna a un grupo de personas, que por diferentes motivos, han encontrado una manera de unirse dentro de la reflexiva soledad del capirote.
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