Hacer un apaño y cobijarse con un toldo lo hemos hecho todos alguna vez. Para resguardarnos del sol o de la lluvia.
Hay quién aprovechándose de la circunstancia de estar tapado con un toldo para poder opinar sobre los que no están bajo cubierto, usando el toldo como prenda de camuflaje y parapeto, con la más desbordante de las valentías.
Pero también hay quién usa los toldos para guarecerse y permanecer escondido porque siente que los demás son mejores que él, aún siendo al revés.
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