La temperatura corporal nos sube cuando tenemos fiebre o cuando nos acaloramos en una discusión. También se incrementan los grados en las situaciones embarazosas o inesperadas. Y cómo no, nos entra calor cuando estamos en momento con cierto carácter erótico.
Hay cosas que tienen que alcanzar grandes temperaturas para poder ser trabajadas en su manera óptima como es el caso del aglomerado asfáltico, con sus temperaturas cercanas a los 100ºC.
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