Las alambradas sirven para separar propiedades. Para proteger a los que están dentro de los peligros de fuera y a los de fuera de los peligros del interior.
Alambres trenzados y con espinos, en muchas ocasiones ya oxidados por la corrosión y el paso de los años, defienden fincas por doquier. Y aunque con menor tensión que cuando fueron instalados ejercen su función a las mil maravillas.
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