Los diseñadores de mobiliario urbano cada día se esfuerzan más en innovar y en crear curiosos tinglados que puedan servirnos para descansar en el camino a casa, tirar el cartucho de pipas vacío en el contenedor correspondiente o cubrirnos del sol los días de verano.
En este caso tenemos un curioso artilugio que en más de una ocasión habrá servido de cobijo a los peatones. E incluso podría ser útil para un circo callejero.
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