Rectas, curvas, anchas, estrechas, afiladas o redondeadas.
Las flechas, que tanto se vieron en las películas de vaqueros del lejano oeste, y que daba la impresión de que eran un arcaico invento, siguen siéndonos útiles. Se emplean en señalítica, en dibujo técnico, en los mapas conceptuales y hasta el cursor de nuestro ratón es una flecha.
Pero sin duda, la que más nos gusta es la flecha de Cupido.
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