Después me dijo un arriero, que no hay llegar primero, sino que hay que saber llegar. Y es que a la rueda, gran invento, podemos hacerla rodar a grandes velocidades para llegar primero. Pero eso puede ocasionarnos graves consecuencias y en especial en estos días de siberianos frescores.
En cualquier tema que nos precie, no es lo importante ser el primero en llevarlo a cabo, sino el cómo se llega y lo que se aprende por el camino.
Así que, a rodar y rodar, como decía la ranchera.
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