La evolución de las especies ha llevado a algunas a desarrollar su fuerza extraordinariamente con el fin de ofrecerles defensa ante sus atacantes. Y muchas veces, aunque veamos a ciertos animales descansar, todos sabemos que como se enfaden, su descomunal fortaleza podrá hacernos bastante daño.
Y el ser humano, que es la especie animal más envidiosa de todas, intenta imitar esa fuerza animal pasando horas en los gimnasios con el fin de obtener fuerza o al menos musculatura que de fé de ello.
La cosa es que, los acontecimientos que en nuestras vidas nos acompañan, nos enseñan que la fuerza no solo sirve para atacar ni es más fuerte el que lo hace, sino que la fuerza es saberse mantener altanero ante los ataques de los congéneres, aunque muchas veces haya que recurrir a unir el apoyo de los demás.
Y es que la unión hace la fuerza.
Solución/ ebazpena: "No por mucho gritar...": Pórtico de la Parroquia de Santa Maria, Amurrio (Álava)[2010/03/09]
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