2010-03-20

A la luz de una vela

Cuando vemos una vela, siempre nos entra una sensación extraña por el cuerpo. Nos recuerda a situaciones románticas, melancólicas, campestres o misteriosas.

El caso es que en esta vida, todo es equiparable a una vela. Existe un momento en el que se enciende la llama, y esta despacio va cogiendo fuerza y forma. Después llega el momento álgido cuando la cera de la vela empieza a fundirse convirtiéndose en combustible dando viveza a esa llama.

Pero todo tiene su fin. Llega un momento en que esa vela que tanto ha alumbrado y que tanto ha calentado, se apaga. Quedando solamente un halo de humo.

Y aunque durante el tiempo de incandescencia de la llama haya malos humos, el que importa es el último, pues es el que nos avisa de que tenemos que buscar una nueva vela para no quedarnos a oscuras.

Solución/ ebazpena: "¿la primavera ya llegó?": Elexondo kalea, Amurrio (Araba)[2010/03/16]

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