2011-01-19

Se ve pero no se toca

Las obras de arte se crean para ser admiradas, para que nos plantemos frente a ellas y disfrutemos contemplando un majestuoso edificio, un bello relieve, una estatua que parece real y en algunos casos tratando de descifrar el mensaje oculto que el pintor nos quiere transmitir con sus pinceladas.
Grandes artistas nos han dejado vivir sus trabajos, estudiarlos y sentirlos, y a cambio solo nos han pedido que los cuidemos para poder legárselos a las generaciones futuras.
Por eso, algunas veces, los responsables de la conservación del arte han de tomar decisiones importantes para evitar que una pieza se deteriore en exceso. Bien sea por algún acto vandálico, como en el caso de La Piedad del Vaticano, o bien porque la acción del turismo ha hecho que la escultura se vaya desgastando, las obras se deben proteger con gruesos cristales (incluso antibalas), vallas metálicas o cintas con el claro mensaje de "no tocar".
Y es que el arte, en general y salvando las excepciones, está concebido para ser visto, para alimentar a nuestros ojos y recrear la imagen en la mente sin la necesidad, siempre que sea posible, de usar las manos.

Solución/ebazpena: "A todo cerdo le llega su San Martín": Feria de San Antón de Armuru, Amurrio (Álava) [16/01/11]

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