En estos tiempos que corren en los que tenemos más tendencia hacia la urbanidad que hacia lo rural y donde da la sensación que prima lo tecnológico sobre lo rústico, ver un huerto nos puede llegar a parecer incluso extraño.
Y es que tener cerca de nosotros un supermercado de este tipo, en el que tras hacer el pago de semanas o meses mimando y trabajando la tierra, podemos llenar nuestra cesta con tomates que no vienen envasados en bandejas de plástico, con patatas que en lugar de con una redecilla vienen envueltas con barro y pimientos de tamaño irregular es todo un lujo.
Por eso cada vez que veamos un cultivo o una huerta, nos tenemos que acordar de esas agricultoras y esos hortelanos que día a día trabajan para que no se extinga este medio del primer sector. Aunque sus perros no coman ni dejen comer.
Solución/Ebazpena: "Ponte unos galones sobre tu imaginación"; Paisaje urbano de Amurrio (Araba) [2010/01/10]
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