La diferencia entre los animales de la foto de ayer y la parrilla portaobjetos de hoy es evidente, ¿a que a nadie se le ocurriría transportar grandes bártulos y maletas sobre el mamífero o pedirle carne o leche al segundo? Hasta ahí todos de acuerdo. Sin embargo, a la hora de escribir no tenemos el mismo cuidado y si no fuera por el contexto muchas veces pediríamos que el objeto inanimado mugiera. Es lo que tiene la homofonía, este fenómeno de la lengua que nos recalca la importancia de la ortografía y nos recuerda que, aunque se pronucien igual, no es lo mismo sentarse en la ribera de un río que cruzar una, que una persona sabia sabe que la savia la producen los árboles, que no es lo mismo usar una horca que verla nadar, saludar con un "hola" que verlas en el mar y que el Nobel se otorga a alguien que seguro dejó de serlo hace tiempo. Así que cuidado porque todos los barones son varones pero al revés la ley no se cumple.
Solución/ebazpena: "Mala hierba nunca muere": "mercado viejo", Foru kalea, Amurrio (Araba) [23/05/2010]
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