Cuando nos montamos en un coche, una moto o un camión rara vez nos acordamos de esos pobres círculos que son las ruedas (y mucho menos de la de recambio). Ellas, con su rodar recorren miles de kilómetros sin quejarse, a lo sumo un chirrido, para hacernos más fácil el viaje.
Pero no podemos olvidar que son testigos de todo lo que hagamos alrededor del vehículo, guardando en su interior recuerdos buenos y malos que les generamos. Ellas bien sea en movimiento o estando quietas han tenido que padecer agresiones (baches, pinchazos, orines cánidos...) que las han hecho madurar, convirtiendolas en seres experimentados y con muchas cosas que contar.
¡Una lástima que las pobres no sepan hablar!
Solución/ ebazpena: "entre el bien y el mal": Camino de la Ribera, Barakaldo (Bizkaia)[07/09/2009]
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