Desde siempre, ha sido una intención popular el subir a lo más alto para poder divisar todo lo que nuestra vista alcance a ver, quiera alcanzar o quiera ver.
Pero nunca está de más, a medida que vamos elevando nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras ideas, el volver la vista atrás y mirar al suelo, ya que en él se sustenta nuestra atalaya (por muy grande o pequeña que sea). Aunque sintamos vértigo, es necesario mirar hacia abajo, pues veremos lo diminutas que pueden llegar a ser algunas cosas y nos daremos cuenta de lo pequeñ@s que hemos sido antes de ascender.
En esta ocasión es sencillo saber el lugar fotografiado.
Igande on bat izan!
Buuador
La iglesia de Amurrio.
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