
Sin embargo, en algunas ocasiones tendemos a cubrirnos la cabeza y a mostrar sólo lo imprescindible.
Hay quienes cubren la falta de cabello con peluquines o quienes a pesar de tenerlo prefieren taparlo con boinas. En grandes ceremonias pamelas y tocados ocultan gran parte de la cabeza y en verano muchos lucen gorras o sombreros de todo tipo.
En otoño e invierno, en cambio, optamos por gorros para la lluvia y sobre todo por paraguas que evitan que lleguemos a casa empapados.
Y si el agua nos pilla por sorpresa... siempre nos quedará cubrirnos con la clásica y cada vez más escasa bolsa de plástico. Conseguiremos que todos nos miren pero... al menos evitaremos que se nos estropee el peinado.
Solución/ebazpena: "Parecidos razonables": Ruta del Cares, Poncebos-Caín (Asturias-León) [14/08/2008]
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