Al ver un rail en una vía, siempre da la sensación de que no va a llegar a su fin jamás. Nuestra vista no alcanza hasta el comienzo ni al final de este.
Cuando vemos los rieles anclados en sendas traviesas que reparten todo su esfuerzo entre ellas para difuminarlo en el terreno nos da la sensación de robustez, de que cada uno de los fragmentos del balasto aportan su pequeña labor a un gran resultado.
Pero ese rail que ha discurrido por tantos kilómetros pasa de vía principal a vía muerta para acabar en la topera.
Con entereza, solemne y satisfecho de haber hecho su trabajo de la manera más digna posible, alcanza su punto de descanso.
Siempre cabe la posibilidad de elongar esa vía unos metros más, pero ello requiere gran esfuerzo y tesón por parte de muchos.
Solución/ ebazpena: "Semejanzas": Jardínes del edificio Villa Fe, Intxaurdui kalea, Amurrio (Araba) [2010/04/06]
Vías del tren desde el apeadero de Iparralde, en Amurrio (Araba)
ResponderEliminar