
También nosotros nos adornamos con motivo de alguna celebración especial o simplemente para que el reflejo en el espejo se haga más agradable. A veces, somos incluso capaces de adornar nuestras mentiras para hacerlas más creíbles o menos dañinas.
Adornar, en general, está bien, siempre que se haga con gusto, sin llegar al exceso y persiguiendo un fin que busque la belleza sin perder la esencia natural de lo que pretendemos mejorar.
Solución/ebazpena: "A golpe de pedal": carretera BI-625 entre los municipios de Arrigorriaga y Basauri (Bizkaia) [24-04-2010]
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